La implantación de un plan de movilidad y seguridad vial en la empresa es la mejor herramienta para mejorar la movilidad de los trabajadores y prevenir la siniestralidad laboral vial. Hay que extender la idea de que desplazarse en coche privado para ir o volver al trabajo es un factor de riesgo para la salud, como lo es también desplazarse en coche de empresa durante la jornada laboral. Es un ámbito que todavía es invisible para muchas empresas, pese a que los accidentes de tráfico se han convertido en la primera causa de siniestro laboral en España.
El balance de accidentes laborales de tráfico del año pasado arroja un dato que confirma la gran importancia de la prevención. Según datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, el pasado año fallecieron por esta causa 249 personas, 136 mientras se dirigían a casa o al trabajo (in itinere) y 113 dentro de la jornada laboral (en misión).
Ante esta situación se plantea un gran reto empresarial; incorporar la Cultura de la Seguridad Vial a los planes de actuación y desarrollo de las empresas y de la administración pública, e implicar a empresarios, trabajadores y agentes sociales en la Políticas de Seguridad Vial.
Plan de movilidad y seguridad vial
Dentro de la gestión preventiva de las empresas, los planes de movilidad y seguridad vial tienen como objetivo mejorar los niveles de seguridad vial de su personal. Son documentos que integran las medidas necesarias para permitir esa mejora optimizando los recursos disponibles. Como resultado de su implantación, se consigue que los desplazamientos del personal sean más seguros, más sostenibles y más saludables. Tiene un impacto muy beneficioso en el bienestar de las personas, en la seguridad laboral, en la mejor gestión empresarial y un importante ahorro, porque implica menos accidentes, menos incidencias, menos reparaciones de vehículos y hasta menos consumo de carburante.
En Itsak abordamos la elaboración de los planes de movilidad y seguridad vial en distintas etapas de desarrollo. La clave de todo el proceso está en seguir una metodología orientada a incorporar la perspectiva de la seguridad vial laboral en todos los niveles de la organización, lo que permite realizar cambios concretos y reales en las empresas y obtener resultados de mejora.
Fases
En la primera fase se estudia la situación de la empresa, analizando las características y la movilidad de los trabajadores para descender a detalles como los accidentes registrados, las condiciones reales de la conducción y la gestión de los desplazamientos. Con todo ello se obtiene un diagnóstico y se detectan los problemas que se enfocarán en el siguiente nivel de actuación: la evaluación de riesgos. En esta etapa se evalúan estos problemas y se les asigna el nivel de riesgo, segmentando y ordenando las prioridades. La siguiente fase es la elaboración del plan, que comprende la definición de objetivos y las acciones necesarias para alcanzarlos.
Durante la implantación se garantizan todas las bases para llevar a cabo el plan dentro de la empresa. Se planifican las actividades y se extienden a toda la organización para incorporarlo en todos los equipos y adaptarlo cuando sea necesario, estableciendo los procesos necesarios para su adecuada gestión. La última fase es la de seguimiento y en ella se establecen los indicadores que aportan a la dirección la información sobre el grado de materialización de las acciones y los resultados y efectividad de las mismas. Esto permite realizar una evaluación continuada de los objetivos y tomar nuevas decisiones.
El objetivo es que año tras año, los hábitos de movilidad y seguridad vial del personal de la empresa evolucionen, adaptándose a las nuevas realidades de movilidad que la sociedad ofrece, potenciando desde el ámbito empresarial hábitos de movilidad seguros, sostenibles y saludables.